Lo que los adolescentes nos piden: ni más, ni menos

Ayer me encontré con una amiga que hacía años que no veía.

Uno de esos regalos que a veces la vida nos ofrece.

Nos fundimos en un abrazo y, como si no hubieran pasado los años, empezamos a hablar de nuestras vidas.

Ella tiene el pelo moreno y rizado, esos rizos perfectos que cuando los ves por la calle te giras con envidia. Trabaja en una galería de arte, tiene un marido guapo y es madre de tres hijos, uno de ellos adolescente.

Resumiendo, la vida que todas soñamos.

Fuimos a una cafetería a ponernos al día y, entre café y café, me contó que se sentía abrumada, perdida y desesperada.

¿Qué?

No entendía nada.

Seguí escuchando y me dijo que su adolescente estaba insoportable. La miraba con cara de asco, no aceptaba sus límites, no colaboraba en casa, había pasado de sacar sobresalientes a suspender cinco.

No sabía qué hacer, cómo actuar.

Yo callé y escuché. Escuchar y callar. No hice nada más.

Pero, al terminar el último sorbo del café, me dijo:

"Gracias, era lo que necesitaba".

No hay más.

Esto es lo que tu adolescente te está pidiendo a gritos:

que le escuches

que no le des tu opinión (a menos que te lo pida)

 que le entiendas.

Ni más, ni menos