Lo que hice para que mi hija me diera las gracias

Lo que hice para que mi hija me diera las gracias es tan fácil y tan complicado como escucharla.

Nada más.

Ofrecer ayuda pero aceptar un no.

Observar su ansiedad sin querer taparla o solucionarla.

Sentir su miedo sin juzgarla.

Hoy tenía el examen de mate. El tema era complicado (o por lo menos, así lo percibía ella). Estudió mucho, pregunto a su profesor, lo intentó pero no sentía que avanzaba. Estaba bloqueada, agobiada, frustrada.

Le ofrecí mi ayuda, pero no quiso.

Le ofrecí intentarlo con chat GPT pero tampoco quiso.

Le di un bombón de chocolate y me sonrió.

Aproveché el momento y le dije que estuviera tranquila. Que su cerebro le estaba jugando una mala pasada, seguramente no estuviera tan perdida como creía, pero en el caso de que lo estuviese también, ¿Qué era lo peor que le podía pasar? suspender. No era tan malo.

En ese momento no me dijo nada, pero antes de irse a dormir me dio un abrazo y me dio las gracias.

Ecucharla sin intentar cambiar la situación. Nada más. Tan fácil como difícil.

Si quieres más tips como este, pincha AQUÍ