Mi hijo es superbueno

"Mi hijo es superbueno. No me puedo quejar, ni siquiera parece que sea un adolescente, saca buenas notas, me ayuda en casa, hace todo lo que le pido, apenas sale de casa porque prefiere estar con la familia, no protesta… Una gozada" Esto es lo que he oído hoy cuando estaba en la cola del super a una mujer que estaba hablando por teléfono.   ¿Tiene razón? Como siempre, esa no es la pregunta más importante  Es muchísimo más importante preguntarse:  -¿Por qué sale poco de casa? ¿Tiene amigos? ¿Le cuesta relacionarse? -¿Para qué obedece siempre? ¿Sabe expresar su opinión, decir que NO o decir que es lo que él necesita? -¿Qué le preocupa?  -¿Qué le gusta? ¿Qué le apasiona? Y más y más preguntas  Cuando un adolescente se acomoda a lo que los adultos necesitamos, nos tranquilizamos, solemos pensar que somos buenos padres, que lo estamos haciendo bien y no sentimos la necesidad de profundizar más. Es una opción.  Una opción cómoda. Te sientes bien. Al principio. ¿Pero que pasa después? ¿Cuando el adolescente necesite buscar trabajo? ¿Cuándo tenga 40 años?   Cada uno que haga lo que quiera. No estoy aquí para juzgar a nadie (solo faltaría)  pero yo prefiero profundizar un poco más, reflexionar sobre lo que está pasando, formarme y no dar nada por sentado. Por se acaso...