REZANDO PARA QUE NO LLUEVA

Hoy he tenido una gran bronca con mi hija

Entre otras cosas, una consecuencia que le he puesto es que hoy no la llevaría en coche a ver a sus amigas, hoy debería ir en bici. 

TRAUMÓN (osea, super trauma, osea drama máximo).

.Me ha dicho que iba a sudar mucho. Yo le he propuesto llevar toallitas y desodorante y bueno, ya te puedes imaginar su respuesta. 

.También me ha dicho, que iba a estar ridícula con el casco. Yo le he propuesto llevar el casco de su hermana que es un poco más bonito pero su respuesta no ha cambiado.

.Por último me ha dicho que iba a empezar a llover. Yo he mirado al cielo y… me he cagado. Era verdad. El cielo estaba cada vez más oscuro. Estaba claro que iba a llover. La cuestión era a qué hora. 

Pero yo no podía ceder. La bici era una consecuencia de una falta suya y no podía ceder. 

Ella estaba furiosa, yo al principio también pero los nubarrones me estaban haciendo dudar.

Ella apenas podía mirarme a la cara y yo tenía el semblante tranquilo, aunque por dentro las dudas se me estaban amontonando sin parar. 

Por eso, la única solución que he encontrado ha sido rezar. 

Los 10 minutos que ella ha ido en bici yo me he quedado mirando el cielo. Cruzando los dedos y rezando para que no lloviera. 

Por suerte, no ha llovido.. UFFFF…

Y ¿Por qué te cuento esto?

Porque no existen recetas mágicas que sirvan para arreglar todos los conflictos con tu adolescente, pero sí existen formaciones que te pueden ayudar a elegir bien qué hacer cuando tengas uno. 

No existen atajos que te lleven a tener una buena relación con tu adolescente, pero sí formaciones que te ayudan a saber que camino escoger. 

Por eso, no lo dudes y pide ayuda. Da igual si le preguntas a la profe de tu adolescente o al padre del mejor amigo de tu hijo. Pero habla del tema y busca sitios para reflexionar...